En blanco y negro todos salimos más guapos. Para muestra, lo poquito que duró la tentativa de poner la foto del DNI en color. Imágenes llenas de contraste donde los ojos se ven más oscuros, las pestañas de azabache, los labios carnositos y la piel sin mácula. El blanco y negro no sólo es retro, es favorecedor, enigmático y le da a todo lo que toca aire de película clásica, de las que molan.

Impossible Project lo sabe. Sabe que en cualquier Polaroid tomada en blanco y negro puede estar Marlon Brando esperándonos fuera de plano. Por eso, la casa de fotografía más zumbada de Europa siempre empieza a testar sus últimos avances en las películas más mágicas. Las últimas versiones del papel fotográfico para cámaras 600 son, de hecho, de película.
La casa sacó al mercado sus primeras versiones de papel instantáneo en 2010, después de comprar las máquinas y la planta de producción de Polaroid. 2010 fue también el año en que abrió Gnomo, así que hemos podido observar la evolución de la película instantánea en primera línea y sin saltarnos ni un paso. Es verdad que las primeras versiones eran instantáneas y sirvieron para traer de entre los muertos a millones de cámaras Polaroid que languidecían en los trasteros. Pero no es menos cierto que esas primeras imágenes eran una mier… Digamos que no se veían muy nítidas, no tenían demasiada calidad y tardaban una eternidad en revelarse.
A puntito estuvimos de tirar la toalla y no volver a traer nada de Impossible Project. Pero lo pensamos mejor: ellos estaban empezando, nosotros también. En estos cinco años, además de consolidarse como una empresa puntera y de haber ganado el gordo con una apuesta suicida, Impossible Project ha mejorado sustancialmente la calidad de sus mulsiones.
Rapidez, nitidez y tonalidades más definidas se nos prometen en una emulsión en blanco y negro completamente nueva. Un cóctel químico que, según cuenta Impossible, se ha desarrollado bajo la directa y estricta supervisión del antiguo jefe técnico de la propia Polaroid, Stephen Herchen.