The ultimate gift for… padres primerizos

A estas alturas, casi todos tenemos amigos que están a punto de ser padres o que lo han sido hace poco. No vamos a soltar el rollo de «ya nada será lo mismo», «tener hijos te cambia la vida», «se acabó su vida social»… Porque hemos comprobado que ES MENTIRA. Tener hijos no es un sacrificio, sino todo lo contrario. Te da la oportunidad de pasar más tiempo haciendo el tonto y  y encima con una audiencia súper entregada.

Es verdad que, a veces, como los bebés sólo hablan primigenio, son difíciles de entender. Sobre todo los primeros meses, lloran sin venir a cuento y hay que aprender a diferenciar los sollozos según la causa que los provoca. Es un poco como los chinos y las entonaciones. Pero después de los tres primeros meses, puedes decir sin temor a equivocarte: «Ese llanto es de caca». Así, con cara seria y ojos entrecerrados, como si fueras el Oráculo de Delfos.

Bueno, pues para esos tres meses de incertidumbre tenemos la solución. Y si sois buenos amigos de padres primerizos sabréis aprovechar el invento. Sobre todo porque a más pronto dominen al invocador de Cthulhu que ha llegado a casa, antes podrán bajar a tomarse algo. Casi todo el mundo suele regalar patucos, pololos, petitos, jerseys de la talla cero y demás artículos a los que los padres de hoy casi nunca aciertan a encontrar significado. Bien, desde Gnomo, siempre atentos a los problemas que asolan nuestra sociedad, os proponemos el regalo definitivo para papás: una cinta de mezclas.

Si, amigos. Eso de que la música amansa a las fieras es una verdad como un templo. La música y los vídeos funcionan allá donde la teta, el acune y los paseos fallan. Hay música (buena) aplicable a cualquier estado del bebé, sólo hay que dar con ella. Por ejemplo, Simon and Garfunkel son imprescindibles a la hora de dormir; los vídeos de Yo Gabba Gabba! serán unos compañeros inseparables durante las comidas y los muñequitos de Dumb ways to die tranquilizarán a cualquier retoño. Haced una buena selección, ponedla en este USB separada por carpetas según estados del bebé, dádselo a los padres con una dedicatoria molona y habréis hecho EL BIEN.

 

Además, este USB tiene foma de cinta de casete, un extraño objeto que los vástagos de nuestras generaciones nunca llegarán a conocer más que en películas antiguas, con lo que este regalo tiene doble función: entretener a los hijos y transportar a los padres a un pasado remoto donde no existían las playlists en Youtube. (Por cierto, decidles a los papás que si quieren que una canción suene en bucle en Youtube, sólo tienen que crear una lista de reproducción con esa canción y darle a repeat. Nos llevó meses descubrirlo. De nada.)